martes, 23 de julio de 2013

El medio amigo


Hace más de novecientos años nació en la todavía musulmana Huesca un niño al que llamaron Moisés. Era judío, y pronto alcanzó fama como médico y sabio. Convertido al cristianismo, cambió su nombre por Pedro Alfonso, siendo su padrino el propio rey de Aragón. Viajó, trabajó y enseñó por Francia e Inglaterra. Dejó muchas obras, pero la que se hizo más popular fue Disciplina clericalis, una colección de cuentos de la que entresacamos éste:

Un árabe, sobre su lecho de muerte llama a su hijo y le dice:
Dime hijo mío, ¿cuántos amigos te has hecho en esta vida?
El hijo le respondió diciendo:
Creo que he hecho unos cien.
Su padre le dijo:
El Filósofo dice: ¡No alabes a un amigo antes de haberlo puesto a prueba! Mira, yo he nacido antes que tú y me he hecho apenas la mitad de un amigo. ¿Cómo es que tu te has hecho ya cien? Ve y ponlos a prueba a fin de saber si entre todos ellos habrá uno que sea realmente un amigo perfecto.
Y el hijo le dijo:
¿Cómo deberé ponerlos a prueba?
El padre le dijo:
Pon en una bolsa un ternero cortado en trozos, de manera que la bolsa se vea bañada en sangre. Cuando llegues a la casa de un amigo dile: «Amigo mío, por accidente he matado a un hombre. Te ruego, entiérralo en algún lugar escondido; nadie sospechará de ti y así me podrás salvar.»
El hijo hizo como el padre le había ordenado. El primer amigo que encontró le dijo:
¡Llévate contigo ese muerto sobre tu espalda! Ya que has hecho mal, sufre las consecuencias! No entrarás en mi casa!
Hizo lo mismo con varios amigos y todos le respondieron de la misma manera.
Llegando de nuevo a su padre le contó lo que había hecho y lo que le había pasado. El padre le dijo:
Te ocurre lo que dijo el filósofo: los amigos son muchos cuando uno los cuenta, son raros cuando uno está necesitado. Ve a encontrar el medio amigo que yo tengo y fíjate lo que te dice.
Fue y mostrandole la bolsa le dijo lo mismo que le había dicho a los demás. El medio amigo le dijo:
Entra en la casa, no es éste un secreto que los vecinos deben propagar.
Entonces hizo salir a su mujer con toda su familia y cavó una tumba. Cuando vio el hijo que todo estaba terminado, le contó toda la historia y le agradeció. Luego volvió a su padre y le contó lo que había pasado. Entonces le dijo el padre:
Es a propósito de un amigo de este género que el filósofo ha dicho: «El verdadero amigo es aquel que te ayuda cuando todo el mundo te abandona.»

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