jueves, 25 de julio de 2013

El tema de España


Hoy, si no me equivoco, es el día de Santiago, el considerado patrón de estos reinos desde la Edad Media. Es un buen momento para volver a un conocido nuestro, Miguel D'Ors, que en su obra Curso Superior de Ignorancia toca este “tema”. Aunque es un libro de 1987 me parece plenamente actual (y posiblemente resultaría igual de válido si sustituimos el término geográfico por cualquier otra alternativa...)

Y cuando ya por fin me he decidido
a apretar el gatillo
y soltarle a la Patria en pleno rostrum
esa opinión que llevo entre los dientes,
como un muelle contraído, desde los reyes godos;
cuando lo de esta vez ya es demasiado
y ya me encuentro en el apunten, fue...
llega de pronto el vino del Ribeiro
o los esparraguicos de Tudela,
o llega, qué sé yo, las hayas de Tacheras,
un olor sevillano,
unas cuantas montañas, Las Meninas,
palabras de Cervantes, Machado, Garcilaso,
«un no sé qué que quedan balbuciendo»,
y el grito retrocede silenciosamente,
rabo entre piernas,
y en el fondo de mí la sangre se avergüenza
de haberle sido infiel a tanta España...
hasta que se presenta
la «canción española» con su olor a sobaco,
Goya con la familia de cacacarlos IV,
Pamplona venerando a San Fermín obispo
con cogorza coral
y coitos interruptos en todos los idiomas
veneración venérea—,
nuestra invencible selección de fútbol
que una vez más regresa triunfalmente
zurrada 4 a 0, nuestros retretes públicos
(quizá nuestro más típico género literario),
nuestros transportes públicos,
nuestras mujeres ídem, tan prolíficas,
o viene miguel d’ors, sin ir más lejos,
mi alter ego manchego,
y entonces enrojezco como el Etna, ya basta,
ni hablar de seguir siendo parte de este sainete,
hasta aquí hemos llegado, se acabó
(regrese, por favor, al primer verso)

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