Otro microrrelato de
Pere Calders. Una compleja historia sintetizada en el mínimo
necesario. No falta nada. Y todo lo demás debemos incorporarlo nosotros.
Nadie quería
decirle a qué hora pasaría el tren. Le veían tan cargado de
maletas que les daba pena explicarle que allí no había habido nunca
ni vías ni estación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario