La
primera operación de la narrativa es describir: cosas, acciones,
pensamientos. Y la primera operación de la descripción es enumerar,
como muy bien saben los niños muy pequeños, que pueden pasar largos
ratos recolectando detalles. Aquí tenemos un ejemplo de ello,
procedente de la brillantísima novela de José Jiménez Lozano, El
mudejarillo.
Y cuando se fueron a
vivir a Arévalo, pues era igual pero no era lo mismo, y le
preguntaban los muchachos de Arévalo que cómo era su pueblo del
niño: Fontiveros.
—Pues un pueblo
—decía el niño.
Pero que estaba
lleno de cosas y tenía la torre y la iglesia, las campanas y la
cigüeña, la plaza y las calles, los palacios, las casas y los
nagüelas; los corrales, los cobertizos, los establos, los zaguanes,
los portales, las puertas, los portones, las portadas, las puertas
traseras, los portillos, las portezuelas, los canceles, las ventanas,
las claraboyas, las gateras, los miradores, las celosías, los
balcones, las buhardillas, los ojos de buey, las verjas, las rejas,
las vallas, los aleros, las chimeneas, los salientes, los colgadizos,
los huertos, las huertas, las bardas, los cigüeñales, los
arrabales, las cijas, las ovejas, los perros, los asnos, las mulas,
los bueyes, los caballos, las vacas, las terneras, los corderos, las
cabras, los cabritillos, las gallinas, los gallos, los pollitos, los
conejos, las palomas, las torcaces, los dormileros, los mochuelos,
los aguiluchos, las alondras, los tordos, las perdices, las
codornices, las garzas, las avutardas, los topos, los erizos, los
grillos, los sapos, los lagartos, las lagartijas, las ranas, los
renacuajos, las culebras, los escarabajos, los saltamontes, las
aceiteras, las lombrices, las orugas, las mariposas, las rosas, los
lirios, los geranios, los pensamientos, las azucenas, los acianos,
los escaramujos, las zarzas, las retamas, el hinojo, el tomillo, el
romero, la menta, la hierbabuena, el yantel, las hacederas, el
espliego, el cantueso, los berros, los espárragos, las coles, las
lechugas, los judigüelos, los ajos, las cebollas, los manzanos, los
perales, los guindos, las higueras, los membrillos, los álamos, los
chopos, las parras, las vides, las encinas, los robles, la luna, las
estrellas, el carro triunfante, las Tres Marías, el lucero del alba,
la estrella del pastor, el sol de agua, la solanilla, la sombra, la
lluvia, la primavera de mayo, el aire austro, el verano, la otoñada,
la siembra, el cierzo, el ventisquero, la nieve, el ventarrón, los
truenos, los relámpagos, los rayos, las exhalaciones, los
trabajadores, los gañanes, los truhanes, los trujimanes, los
alarifes, los albañiles, los maestros de obras, los carpinteros, los
ebanistas, los tallistas, los pedreros, los peones, los caleros, los
yeseros, los ladrilleros, los baldoseros, los ensoladores, los
aguadores, los carreteros, los odreros, los taberneros, los mieleros,
los melcocheros, los queseros, los aceiteros, los molineros, los
horneros, los anacalos, los panaderos, los amasadores, los
pasteleros, los recaderos, los verederos, los propios, los correos,
los mayorales, los pastores, los rabadanes, los zagales, los
esquiladores, los pelaires, los zurradores, los pelliteros, los
tejedores, los burateros, los sastres, los buhoneros, los plateros,
los sombrereros, los zapateros, los chapineros, los remendones, los
herreros, los cerrajeros, los guadañeros, los joyeros, los
boneteros, los labradores, los hortelanos, los maestros de niños,
los dómines, los latinistas, los médicos, los boticarios, los
cirujanos, los sangradores, los curas, los hidalgos, los nobles, los
frailes. Las monjas, las beatas, las damas, las dueñas, las señoras,
las criadas, las esclavas, las fregadoras, las recaderas, las amas,
las ayas, las cereras, las amortajadoras, las lloradoras, las
curanderas, las mondongueras, las lavanderas, las costureras, las
bordadoras, las que dan hierro, las enamoradas. Las torrenteras, el
río, los regatos, las lagunas, los labajos, los manantiales, las
fuentes, los caños, los pinares, las alamedas, los almendrales, las
olmedas, las choperas, las povedas, los encinares, los robledales,
los trigales, los cebadales, los centenos, los garrobales, los
barbechos, los guisantales, los garbanzales, los senderos, los
puentes, los pasos, los vados, los zanjones, lo llano, la niebla, el
rocío, la montaña mque se ve lejos y hace así alabeando. Y los
cristianos y los moriscos, y muchas cosas y muchos oficios más.
—¿Y cómo se
llama tu pueblo?
—Fontiveros.
—¿Y cómo va a
haber tantas cosas en tu pueblo, si es más pequeño que Arévalo?
Y el niño
respondía:
—No sé.
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