Feng
Menglong vivió entre los siglos XVI y XVII. Escribió obras de
teatro, novelas, y sobre todo tres colecciones de cuentos breves que
se hicieron muy populares. Se titulaban Cuentos para educar a la
gente, Cuentos para advertir a la gente, y Cuentos para
alertar a la gente. Un divertido ejemplo es el siguiente:
Un hombre pobre se
encontró en su camino a un antiguo amigo. Éste tenía un poder
sobrenatural que le permitía hacer milagros. Como el hombre pobre se
quejara de las dificultades de su vida, su amigo tocó con el dedo un
ladrillo que de inmediato se convirtió en oro. Se lo ofreció al
pobre, pero éste se lamentó de que eso era muy poco. El amigo tocó
un león de piedra que se convirtió en un león de oro macizo y lo
agregó al ladrillo de oro. El amigo insistió en que ambos regalos
eran poca cosa.
—¿Qué más
deseas, pues? —le preguntó sorprendido el hacedor de prodigios.
—¡Quisiera tu
dedo! —contestó el otro.
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