Hace
más de novecientos años nació en la todavía musulmana Huesca un
niño al que llamaron Moisés. Era judío, y pronto alcanzó fama
como médico y sabio. Convertido al cristianismo, cambió su nombre
por Pedro Alfonso, siendo su padrino el propio rey de Aragón. Viajó,
trabajó y enseñó por Francia e Inglaterra. Dejó muchas obras,
pero la que se hizo más popular fue Disciplina clericalis,
una colección de cuentos de
la que entresacamos éste:
Un árabe, sobre su
lecho de muerte llama a su hijo y le dice:
—Dime hijo mío,
¿cuántos amigos te has hecho en esta vida?
El hijo le respondió
diciendo:
—Creo que he hecho
unos cien.
Su padre le dijo:
—El Filósofo
dice: ¡No alabes a un amigo antes de haberlo puesto a prueba! Mira,
yo he nacido antes que tú y me he hecho apenas la mitad de un amigo.
¿Cómo es que tu te has hecho ya cien? Ve y ponlos a prueba a fin de
saber si entre todos ellos habrá uno que sea realmente un amigo
perfecto.
Y el hijo le dijo:
—¿Cómo deberé
ponerlos a prueba?
El padre le dijo:
—Pon en una bolsa
un ternero cortado en trozos, de manera que la bolsa se vea bañada
en sangre. Cuando llegues a la casa de un amigo dile: «Amigo mío,
por accidente he matado a un hombre. Te ruego, entiérralo en algún
lugar escondido; nadie sospechará de ti y así me podrás salvar.»
El hijo hizo como el
padre le había ordenado. El primer amigo que encontró le dijo:
—¡Llévate
contigo ese muerto sobre tu espalda! Ya que has hecho mal, sufre las
consecuencias! No entrarás en mi casa!
Hizo lo mismo con
varios amigos y todos le respondieron de la misma manera.
Llegando de nuevo a
su padre le contó lo que había hecho y lo que le había pasado. El
padre le dijo:
—Te ocurre lo que
dijo el filósofo: los amigos son muchos cuando uno los cuenta, son
raros cuando uno está necesitado. Ve a encontrar el medio amigo que
yo tengo y fíjate lo que te dice.
Fue y mostrandole la
bolsa le dijo lo mismo que le había dicho a los demás. El medio
amigo le dijo:
—Entra en la casa,
no es éste un secreto que los vecinos deben propagar.
Entonces hizo salir
a su mujer con toda su familia y cavó una tumba. Cuando vio el hijo
que todo estaba terminado, le contó toda la historia y le agradeció.
Luego volvió a su padre y le contó lo que había pasado. Entonces
le dijo el padre:
—Es a propósito
de un amigo de este género que el filósofo ha dicho: «El verdadero
amigo es aquel que te ayuda cuando todo el mundo te abandona.»
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