El
checo Karel Capek publicó en 1936 una gran novela, La Guerra de
las Salamandras, en la que una nueva especie inteligente es
aprovechada y explotada en beneficio propio por parte de los
industriales, políticos, científicos... El resultado será
previsible. Pero Capek hizo mucho más: inventó (junto con su
hermano Josef) la palabra robot, escribió deliciosos libros de
viajes (también por España), y brevísimos relatos tan sugerentes
como éste:
Nos embarcamos en el
Mediterráneo. Es tan hermosamente azul, que uno no sabe cuál es el
cielo y cuál el mar, y por eso en todas partes de la costa y de los
barcos hay letreros que indican dónde es arriba y dónde abajo. De
otro modo, uno puede confundirse.
Para no ir más
lejos, el otro día, nos contó el capitán, un barco se equivocó, y
en lugar de seguir por el mar la emprendió por el cielo. Y como el
cielo es infinito, no ha regresado aún y nadie sabe dónde está.
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